Si el tubo de escape de tu coche echa mucho blanco, en la mayoría de las ocasiones no tendrás que preocuparte. Eso sí, presta atención, porque si este humo es demasiado denso o no termina de evaporarse, entonces la visita al taller es más que obligatoria.
Vamos a ver a continuación en qué casos, si tu coche desprende humo blanco, podemos estar ante una avería importante. Y cuáles son los problemas mecánicos detrás de este síntoma. ¡Vamos a ello!
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¿Es normal que mi coche expulse humo blanco?
En la gran mayoría de las ocasiones, es normal que tu coche expulse un poco de humo blanco al arrancar. Especialmente si es un diésel, que de forma natural produce más humo que la gasolina al arder.
Esto es especialmente notable ahora que empiezan a bajar las temperaturas. Y con mayor evidencia en invierno, cuando hace mucho más frío. Al quemarse el hidrocarburo que alimenta nuestro motor, se genera vapor de agua.
Cuando el propulsor se apaga, el frío del ambiente hace su parte: se produce una condensación de ese vapor. Parte de esas gotas de agua quedan en el tubo de escape. De modo que, cuando sube la temperatura al ponerse en marcha la mecánica del vehículo, se evapora ese agua residual, provocando que un poco de humo blanco salga por el tubo de escape.
No hay que alarmarse si se trata de un humo blanco ligero y que desaparece enseguida, a los pocos kilómetros.
Sin embargo, cuando el motor está muy caliente, por ejemplo, o aprecias que sale una gran cantidad de humo blanco denso que, además, no desaparece al poco tiempo, entonces seguramente tu coche necesite hacer una visita al taller. Y la gravedad depende de cada caso en concreto…
¿Por qué echa mi coche humo blanco? ¿Es grave?
Si, como adelantábamos, el humo es fino y desaparece al poco tiempo de rodaje, esto se debe a un pequeña condensación. Y no hay que darle mayor importancia.
Ahora analizaremos en qué casos sí tienes que estar alerta y acudir al taller lo antes posible. ¡No lo dejes o puedes provocar graves daños en tu coche!:
- Si tu coche es diésel y el humo blanco se acumula solo de forma llamativa al arrancar, es muy probable que lo que le ocurra es que la bomba inyecta el combustible demasiado pronto. En el taller pueden corregir este desajuste y evitar un problema mayor.
- Si el humo blanco te acompaña demasiado tiempo, y no es solo puntual durante el arranque, también puede suceder que exista alguna fuga del líquido refrigerante. El cual, al quemarse, provoca que el tubo de escape expulse ese humo. Es una avería que no es grave y tiene fácil solución en el taller.
- Si además del humo blanco, notas que el motor está demasiado caliente, puede ser que nos estemos enfrentando a un problema de alimentación del motor. Esto suele derivar en fallos en el propulsor. Aquí debes acudir al taller lo antes posible, porque, además de que puedes experimentar que el coche se cale con frecuencia, es posible que no pases la prueba de emisiones de la ITV si no lo solucionas antes.
- Pero si lo que le pasa a tu coche es que sale un humo blanco y denso sin parar del tubo de escape, puede ser que estemos ante un grave fallo del sistema de refrigeración. Cuando parte del anticongelante se mezcla con el combustible, nos encontramos con fallos importantes a nivel mecánico que hay que solucionar inmediatamente. Seguramente tengamos que sustituir la junta de la culata. De no hacerlo, las altas temperaturas pueden deformar la culata hasta tal punto que necesitemos poner una nueva. Lo cual es muchísimo más caro que el paso anterior.
No lo olvides: un correcto mantenimiento de tu vehículo te evitará sorpresas desagradables. Y además, te permitirá pasar la ITV a la primera. Tu seguridad, depende de ello.
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