Escuchamos con mucha frecuencia aquello de: “me encanta conducir, disfruto mucho de esa sensación de libertad…” O también otras personas comentan que no les gusta demasiado ponerse delante de un volante.
Pero, cuanto tenemos que sacar el tema del miedo, la ansiedad o la angustia por tener que conducir, este tema no se habla con tanta confianza. Seguramente porque genera vergüenza o inseguridad entre los protagonistas de este problema.
La amaxofobia o miedo a conducir existe, y afecta a muchas más personas de lo que podríamos imaginar.
Mucha gente se resiste a confesar que siente mucho miedo a enfrentarse a la conducción, y prefieren evitar este asunto a toda costa. Rechazando, lógicamente, ponerse al volante. ¿Existe solución para este problema? ¿Puede superarse la amaxofobia o el miedo a conducir?
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¿Cómo se manifiesta la amaxofobia o miedo a conducir?
Como ya hemos introducido en el apartado anterior, la amaxofobia es el terror irracional que sufren muchas personas ante la idea de ponerse delante del volante de un vehículo. Pero esta fobia, como ocurriría de cualquier otra, no solo se queda en la sensación de miedo.
El pánico tiene asociadas otra serie de sensaciones y síntomas físicos que pueden llegar a ser totalmente invalidantes. Incluso puede terminar complicándose con otros problemas o patologías: cuadros de ansiedad, claustrofobia, agorafobia, etc.
Los ataques de pánico que con más frecuencia aparecen a causa de la fobia a conducir suelen relacionarse con algunos de estos síntomas: palpitaciones, sudoración, taquicardias o temblores, sensación de mareo o desvanecimiento, problemas gastrointestinales, náuseas, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio extremo, temblor en las extremidades, etc.
A pesar de que no existen muchas investigaciones por el momento, algunos estudios ya apuntan que solamente en España la amaxofobia afecta al 28% de los conductores: provocando que 1 de cada 5 dejen incluso de conducir.
Por otro lado, muchas personas desarrollan amaxofobia o pánico dentro de un vehículo por experiencias traumáticas de su pasado que todavía no han logrado superar. Como puede ocurrir al haberse visto involucrados en un accidente de tráfico, incluso sin haber sufrido consecuencias directamente (solo por el hecho de haberlo presenciado).
También es cierto que hay muchos casos en los que la amaxofobia se despierta en personas que están viviendo situaciones estresantes en su vida. Y esa ansiedad, que podríamos calificar de latente, termina derivando en la aparición de otras fobias asociadas, como el miedo a conducir.
Es importante señalar, asimismo, que no todas las personas que sufren amaxofobia en mayor o menor grado tienen miedo de sus propias reacciones ante el volante.
En muchos casos sienten auténtico terror al pensar en el comportamiento de otros conductores y no en el suyo propio: esa situación de incertidumbre de no saber cómo reaccionarán los demás en la carretera es lo que les genera miedo y ansiedad.
Por último, tampoco podemos perder de vista un detalle importante. No solo los conductores noveles o menos experimentados pueden llegar a padecer amaxofobia. El miedo incapacitante a conducir también se presenta de repente, en muchas ocasiones en personas que llevan décadas al volante.
¿Qué podemos hacer para superar el miedo a conducir?
Aunque hemos avanzado bastante como sociedad en este sentido, todavía existen reticencias por parte de los hombres a la hora de expresar sus emociones, sus miedos o lo que ellos pueden llegar a percibir como debilidades. Por ello la amaxofobia suele detectarse antes en mujeres que en hombres.
De modo que el primer paso fundamental para superar este problema es reconocerlo y hablar de ello abiertamente.
El mejor modo de superar el miedo a conducir es ponernos en manos de especialistas, tanto instructores como psicólogos. Afortunadamente, a día de hoy existen diferentes terapias y aproximaciones para ir poco a poco abandonando ese terror a subirnos a un vehículo.
Por ejemplo, como nos recomienda la propia DGT, la Fundación CEA (Centro Europeo del Automóvil) realiza periódicamente cursos gratuitos para las personas que necesiten superar la amaxofobia. Este tipo de cursos combinan psicoeducación y técnicas de relajación o mindfulness con prácticas de conducción segura, para que los participantes puedan ir poco a poco ganando en autoestima y recuperando la confianza frente al volante.
La amaxofobia o el miedo a conducir no tiene por qué quedarse en nuestras vidas para siempre. Hablar de este problema y buscar ayuda son los dos pilares fundamentales para vencerlo. ¿Te ha resultado interesante este artículo? ¿Conoces a alguna persona que tenga fobia a conducir? ¡Compártelo!