Como seguramente ya sabes, existen tres posibles resultados cuando tu vehículo se enfrenta a la ITV: favorable, desfavorable o, directamente, negativa.
La principal diferencia entre desfavorable y negativa es que, en este último caso, el vehículo se considera muy peligroso para la circulación, y debe ser directamente inmovilizado y transportado en grúa hasta el taller más cercano. Este último escenario, como te puedes imaginar, implica fallos o averías muy graves.
Por lo tanto, lo más común es que, o bien nos encontremos con una ITV favorable que nos permita seguir circulando tranquilamente, o bien con una ITV desfavorable, lo cual implica que solo podremos desplazarnos con nuestro vehículo al taller para subsanar los defectos y, de ahí, regresar al centro de ITV para tratar de obtener un resultado favorable en un segundo intento.
Pero seguro que te estás preguntando: ¿y cuáles son los fallos más comunes que pueden dar como resultado una ITV desfavorable? A continuación te damos 5 ejemplos de problemas que pueden hacer que tu coche no pase la ITV. ¡Son mucho más habituales de lo que crees!
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Alumbrado y señalización
Muchos conductores se sorprenden al descubrir que los fallos en el alumbrado y la señalización de sus vehículos son el motivo de obtener un resultado desfavorable en la ITV. No debes restarle ni un ápice de importancia, puesto que son elementos de seguridad vitales que nos ayudan tanto a ver como a ser vistos por el resto de usuarios.
Algo tan básico como que uno de los faros de tu coche no funcione como es debido te puede impedir tener un resultado favorable en la ITV.
Desgaste o defectos en los neumáticos
Otra de las causas más habituales que pueden dar como resultado una ITV desfavorable tiene que ver con problemas en el conjunto de los neumáticos. Por ejemplo, que presenten un fuerte deterioro, o un desgaste irregular. Tampoco es infrecuente encontrarnos con dos neumáticos de modelos diferentes en un mismo eje, lo cual también puede ser motivo de que tu coche no pase la ITV.
Problemas con los frenos
Obviamente, los frenos de un vehículo siempre deben funcionar a la perfección, para evitar comprometer la seguridad tanto del conductor como del resto de usuarios de la vía pública. Es muy importante revisar todo el sistema de frenos con frecuencia, puesto que tanto la ausencia de líquido de frenos, como otros problemas que puedan comprometer la eficacia de la frenada, pueden hacer que obtengamos un resultado desfavorable en la ITV.
Fallos en los amortiguadores
Este punto está muy relacionado con los dos anteriores: el sistema de suspensión, junto con los neumáticos, es el responsable de asegurar que nuestro vehículo mantiene un buen contacto con el suelo. Si los amortiguadores de tu coche no están en buen estado, corres el riesgo de que la distancia de frenado aumente y de que, por lo tanto, tu seguridad corra peligro. Por ello, cualquier anomalía en el sistema de suspensión puede hacer que tu coche suspenda la ITV.
Emisiones contaminantes
Efectivamente: un nivel excesivo de emisiones contaminantes, determinado por el test de humos, también puede hacer que tu vehículo obtenga una ITV desfavorable. Por lo tanto, nunca debes olvidar que en las revisiones pertinentes en tu taller de confianza se chequee que tu coche no supera las emisiones de CO2 superiores a las permitidas por la legalidad vigente. Especialmente si es un automóvil viejo. Puesto que la ITV vela tanto por la seguridad como por la salud de todos, y por el consecuente cuidado del medioambiente.
Si quieres evitar sorpresas desagradables y llevarte una ITV desfavorable tras tu visita, lo mejor que puedes hacer en llevar a cabo un adecuado mantenimiento de tu vehículo. Revisando, para ello, cada uno de los elementos que pueden poner en riesgo tu seguridad, antes de que sea demasiado tarde. Por otro lado, no debes olvidar la importancia de tener la ITV al día: no solo para evitar sanciones administrativas, sino porque, literalmente, la ITV salva vidas. ¿Tienes ya tu cita previa?
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