¿Por qué se calienta mi coche? ¿Es normal?

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¿Notas que tu coche se calienta demasiado? Los días más calurosos del verano no solo pueden ponerte a ti a prueba… También, a tu coche. Aunque el sobrecalentamiento de un vehículo puede suceder en cualquier época del año, lo cierto es que es en verano cuando más evidente resulta este problema.

Si tu coche alcanza una temperatura elevada de forma puntual, por norma general, no debes alarmarte. Puede deberse a un problema menor fácilmente solucionable. Sin embargo, no siempre es así. Y si no prestamos la atención debida y cuidamos adecuadamente de nuestro automóvil, un calentamiento excesivo puede provocar daños irreparables.

¿Conoces los motivos por los que tu coche puede calentarse? ¿Cuándo debemos preocuparnos si esto sucede? Si no quieres perderte las claves que explican este fenómeno y cómo puedes evitarlo: ¡sigue leyendo! 

El radiador está sucio y taponado

Es muy importante que revises el radiador con frecuencia, porque con el paso del tiempo y una buena cantidad de kilómetros a tus espaldas, el radiador puede taponarse debido a un exceso de suciedad. 

Incluso puede que algún elemento se haya podido quedar enganchado y tengas que retirarlo para liberar la zona: por ejemplo, después de un largo viaje durante tus vacaciones han podido quedar atrapados insectos, polvo, gravilla, hojas, ramitas…

Para ello, debes parar tu vehículo con seguridad, apagar el motor y esperar un poco a que la temperatura descienda unos grados. Entonces, puedes limpiar la pieza (con agua a presión es suficiente) y así comprobar si esta es la causa de ese calentamiento: si al retomar el trayecto la temperatura del vehículo vuelve a la normalidad, entonces el problema estaba claramente localizado en el radiador.

Poco líquido anticongelante (o una pérdida por fuga)

Otro de los motivos que puede provocar un calentamiento excesivo de tu vehículo es que a éste le falte líquido anticongelante. Bien porque el nivel es demasiado bajo, o bien, incluso, porque exista alguna fuga. 

Se trata de un problema menor y frecuente, que tiene fácil solución. Pero eso no quiere decir que no deba atajarse lo antes posible: si lo dejas pasar, los daños en tu vehículo pueden llegar a ser muy graves.

No olvides que el anticongelante siempre debe ser el recomendado por el fabricante; esto es, el adecuado para tu vehículo. De lo contrario, puedes provocar averías severas.

Y nunca realices una comprobación del nivel de líquido anticongelante con el motor en caliente. Debes esperar a que éste se enfríe y la temperatura del vehículo descienda: de lo contrario, podrías sufrir graves quemaduras y dañar tu coche.

El termostato está averiado

Si el termostato de tu vehículo no está en buenas condiciones, puede bloquear el flujo del anticongelante hacia al radiador impidiendo la recirculación del líquido refrigerado, provocando que tu coche se caliente demasiado.

Cuando el motor de nuestro coche se calienta, el termostato se abre para que el líquido anticongelante pueda llegar al radiador y cumplir su función de enfriamiento. En caso de que exista alguna avería que impida que el termostato funcione como es debido, nuestro vehículo sufrirá las consecuencias, sobrecalentándose.  

Hay un truco bastante eficaz para chequear, rápidamente, si el radiador de tu coche está dando problemas. Si con el motor caliente al poner la mano sobre la manguera superior del radiador notas que está a temperatura ambiente, lo más probable es que el termostato esté averiado.

En tal caso, debes llevar tu vehículo al taller lo antes posible para solventar este problema y evitar males mayores.

El ventilador del radiador no funciona correctamente

El ventilador de tu coche debería funcionar a pleno rendimiento para que, cuando la temperatura del motor supere los 95ºC, el aire frío consiga ir rebajando este calentamiento excesivo. De lo contrario, ya puedes imaginarte las consecuencias…

No es en absoluto infrecuente que las averías del ventilador sean más evidentes durante el verano. Lo días más calurosos del año provocan que las temperaturas de nuestros vehículos aumenten por encima de lo normal: o lo que es lo mismo, la temperatura ambiente no contribuye con la refrigeración, y la ayuda del ventilador del radiador es vital.  

La visita al taller para comprobar cuál es el motivo por el cual el ventilador no funciona es obligatoria. De lo contrario, los daños en el motor pueden ser irreversibles. 

Si tu coche se calienta demasiado… ¡evita seguir conduciendo!

No olvides que si tu coche empieza a alcanzar temperaturas muy elevadas, debes parar teniendo en cuenta las condiciones óptimas de seguridad y siempre que el vehículo nos lo permita fuera de la vía. Lo mejor es que llames a una grúa que lleve tu vehículo al taller más cercano, para que tanto tu seguridad, como la del resto de usuarios de la vía, no se vea comprometida. 

Si sigues conduciendo y llevas tu coche al límite, sometiendo el motor a temperaturas excesivas, puedes provocar que el motor se gripe y se estropeen piezas fundamentales, cuya sustitución puede ser carísima. Cuando no, directamente, te arriesgas a que el motor pueda sufrir un daño tan grave como difícilmente reparable.  

En definitiva, la clave para evitar que tu coche se caliente en exceso pasa por un correcto mantenimiento. No olvides que tener la ITV al día es fundamental en ese aspecto: no solo evitarás multas, también protegerás tu vehículo y tu propia seguridad al volante.

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