En efecto. La ITV es muy exigente al inspeccionar todos los elementos que componen los frenos de un vehículo. Pero no es para menos: La revisión de frenos es fundamental para prevenir accidentes en la carretera.
Unos frenos defectuosos implican un riesgo altísimo tanto para nuestra seguridad como para la de todos los demás. De ahí que la ITV les preste gran atención, para asegurarse de que el vehículo está en condiciones de circular por la vía pública.
Pero antes de explicarte un poco cómo funciona la prueba de frenos de la ITV, te vamos a dar algunos consejos para garantizar tu seguridad y que además puedas pasar esta prueba a la primera.
No olvides que lo más recomendable siempre que detectes cualquier anomalía en tu coche, o tengas cualquier duda sobre su estado, es que lo lleves a un taller especializado. Evitarás sustos tanto en la carretera como a la hora de pasar la ITV.
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¿Qué debemos revisar en los frenos antes de ir a la ITV?
Cuando conducimos siempre debemos poner en funcionamiento los cinco sentidos. Escuchar y observar el comportamiento de nuestro vehículo nos dará muchas claves acerca de su estado. Los frenos son un clarísimo ejemplo de ello.
Si al pisar el pedal del freno percibes un chirrido o ruido desagradable, es muy probable que esto signifique que las pastillas de freno están desgastadas, y que hay que cambiarlas inmediatamente.
Pero no solo el oído nos dará información muy valiosa. El “tacto” o las sensaciones al volante también son fundamentales para detectar cualquier problema con los frenos de nuestro coche. Si la sensación que tenemos al pisar el pedal es de flojera, o notamos que el pedal está más “blando” de lo normal, eso significa que algo no va bien.
Atención a este punto, porque tan comprometedor para la seguridad es un pedal excesivamente blando como uno demasiado duro. Ambas percepciones nos indican que hay una avería o un problema en el funcionamiento.
Si al frenar observamos un pequeño vaivén o un leve tembleque del vehículo de derecha a izquierda, es más que probable que tengamos que cambiar las pastillas, porque nuestro coche está haciendo “pulling”: una oscilación consecuencia de un problema de fricción en las pastillas de freno.
Lógicamente si notamos que tenemos que pisar el pedal más fuerte para conseguir una frenada en condiciones, entonces existe un grave y peligroso problema consecuencia de unas pastillas en mal estado. Esto muchas veces no es apreciable de forma inmediata, porque es un proceso de deterioro.
Y no te olvides del freno de mano. Si tras echar el freno de mano completamente tratas de poner el coche en marcha y las ruedas no están bloqueadas, algo va mal.
Aunque seguramente llevarás tu coche a un taller profesional (lo recomendable), no podemos dejar de recordarte un par de cosas tan básicas como importantes sobre la revisión de los frenos.
Una de ellas es que las pastillas de freno siempre se cambian por parejas (aunque solo falle una), para mantener el equilibrio en la frenada. Y la otra es que si el color del líquido de frenos es demasiado oscuro, puede recalentarse y suponer un peligro. El líquido de frenos siempre debe tener un color muy claro o transparente, de lo contrario hay que cambiarlo rápidamente.
¿Qué elementos se incluyen durante la revisión de frenos en la ITV?
La prueba de frenado de la ITV sirve para comprobar que todo el sistema de frenado del vehículo funciona correctamente. Para ello es fundamental usar una máquina llamada frenómetro, la cual analiza el comportamiento de los frenos mientras las ruedas giran en sus rodillos. La prueba se realiza en ambos ejes.
Hay tres conceptos fundamentales que se miden en los turismos gracias a esta prueba: la eficacia, el equilibrio y la ovalidad. Cada uno de ellos tiene asignada una fórmula específica que nos permite comprobar que el vehículo llega a los valores mínimos necesarios para determinar que frena con total seguridad.
El frenómetro, en términos generales, sirve para medir también el tiempo de frenado, si la progresión de frenado es gradual o no, si las ruedas garantizan o no una frenada equilibrada…
Y gracias a esta prueba puede detectarse también si existe algún otro elemento, que no sea concretamente las ruedas o las pastillas de freno, que esté generando conflicto. Por ejemplo, pudiera suceder que algún tipo de sistema electrónico, como el ABS, se encuentre defectuoso y esté afectando al correcto funcionamiento del sistema de frenado.
Pero la prueba de frenos de la ITV no solo se lleva a cabo con el frenómetro, también hay otras comprobaciones que parten de la observación de los técnicos especializados. Se inspeccionan todos los elementos visibles en búsqueda de roturas, desgastes, corrosiones, piezas sueltas, etc. Por ejemplo, se revisa el circuito neumático, los tambores, la palanca del freno de mano, el estado del líquido de frenos (su color, si existen pérdidas…), el estado de cilindros y bombines, etc.
No olvides que la prueba de frenos es una de las más importantes de la ITV. Y que ello se debe ni más ni menos que a la protección de tu seguridad.
¿Tienes alguna duda? Contáctanos y estaremos encantados de poder ayudarte.